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Día de Africa 2015: Comunicado

La aprobación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) en el año 2000, supuso un momento histórico de compromiso mundial por la reducción de la pobreza extrema a través de una agenda formada por ocho grandes objetivos a cumplir precisamente en éste año 2015. El tiempo ha transcurrido inexorablemente y con motivo de la celebración del día de África (25 de mayo) vemos necesario hacer una reflexión de lo que todo éste periodo de compromisos ha supuesto para Africa Subsahariana.

Finalizado éste periodo de 15 años, se ha confirmado el balance negativo que indicaban hasta ahora todas las previsiones e informes de seguimiento. África Subsahariana, es de las pocas regiones, junto con Asia occidental, donde la mayoría de indicadores y metas para medir los ocho objetivos ha sufrido un avance mucho menor de lo esperado e incluso ha experimentado un cierto retroceso (como es el caso, por ejemplo, de la meta que evalúa la proporción de la población con acceso a servicios de agua y saneamiento). Es cierto que los avances en erradicación del hambre o de descenso de la mortalidad infantil presentan resultados un poco más favorables, pero hay que considerarlos insuficientes para lo esperado. De hecho, según cálculos de la “Plataforma 2015 y más” en los mejores casos hay países que no cumplirán el objetivo de reducir el porcentaje de pobreza a la mitad hasta dentro de 150 o 200 años.

Mención diferenciada merece el octavo y último de los objetivos, fomentar una asociación mundial para el desarrollo. Éste ponía el acento en el compromiso activo de los países del norte en la consecución y financiación de los ODM. Desgraciadamente, salvo honrosas excepciones, este último objetivo ha dejado mucho que desear. De hecho, el compromiso de los países ricos sigue mostrando una racanería inconcebible además de camuflar intereses propios bajo el paraguas de la política de cooperación. A modo de ejemplo, el presupuesto del 2013 del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación de España: mientras la partida de cooperación disminuyó el 73 por ciento ente 2012 y 2013, los fondos para la acción del Estado en el exterior, (a través de sus embajadas y oficinas comerciales), se incrementaron un 52% en el mismo periodo.

 

Todas estas dificultades en el cumplimiento de los ODM contrastan paradójicamente con las cifras de crecimiento macroeconómico en la región. De hecho, las economías africanas han crecido un promedio del 6% durante la última década, según el África Progress Panel 2014, África se percibe como un continente de oportunidades para la inversión de empresas. De hecho, la inversión extranjera directa global en África supera a la ayuda occidental. No hay más que ver la fuerte irrupción y presencia de China en el continente.

 

No obstante, ésta paradoja es un claro indicador de que crecimiento y desarrollo humano no es lo mismo. Elevadas tasas de crecimiento en diversos países africanos en desarrollo y emergentes no han mejorado la situación de pobreza y exclusión de amplios sectores de su población, sino que lo que se observa es un aumento de las desigualdades y un grave impacto de la situación ambiental derivada de la expoliación desenfrenada de sus recursos naturales.

 

Por otra parte, tal y como denuncia el profesor Mbuyi Kabunda, “Los ODM, son el reflejo de una visión de las políticas de desarrollo que se definen en términos de objetivos poblacionales vulnerables y pobres pasivos. Sin embargo, no son pasivos sino sujetos de su propia historia que han encontrado en la propia pobreza, estrategia de supervivencia. Los ODM hacen caso omiso de estas prácticas económicas populares y han dado la espalada a las dinámicas internas de África” Ahondando en ésta reflexión, Latouche explica que el fracaso pertenece a las Naciones Unidas y al África oficial, a sus gobiernos e instituciones, pero que existe una África de los excluidos de la economía mundial y de la sociedad mundial; de los excluidos de la lógica imperante y que no se rinde; “que vive y quiere vivir, incluso si debe hacerlo a contracorriente” ; son “náufragos del desarrollo” generados por la economía mundial y organizados con lógicas nuevas. Por ello, valoramos y admiramos la gran resiliencia de los africanos y africanas que buscan su propio modelo de desarrollo, pero no podemos olvidar su sufrimiento cotidiano. De hecho, el drama de la migración subsahariana con naufragios reales y miles de ahogados a las puertas de Europa, es un indicador de que la pobreza por un lado, y la indiferencia por otro, generan mucho dolor y sufrimiento en el continente africano.

 

Toda ésta realidad, es una constatación de que no basta con fijar objetivos más o menos ambiciosos de forma parcial si los factores institucionales-gubernamentales no juegan en la misma dirección y no somos capaces de afrontar las desigualdades estructurales que origina el actual sistema económico neoliberal.

 

El actual borrador de la Agenda Post 2015 de Naciones Unidas establece 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que deberán ser alcanzados en el año 2030. Como gran novedad, plantea que la dicotomía Norte-Sur ya no tiene sentido, ya que los problemas globales no se circunscriben a una sola región o hemisferio del mundo sino al conjunto del planeta. Sin duda, todos los países tendrán metas que alcanzar sean países más o menos ricos. Entre otras razones, porque es impensable conseguir objetivos ambiciosos de desarrollo humano y sostenible en África si no se afronta de una vez la revisión de las regulaciones comerciales y el sistema financiero internacional, la condonación real de la deuda externa o la erradicación de los paraísos fiscales.

 

La aprobación de los objetivos de desarrollo para el nuevo periodo debe ser la ocasión para comprometer definitivamente esos cambios estructurales y permitir una redistribución global de los recursos y el poder. Las Naciones Unidas tienen un papel especial en ello, pero la sociedad civil organizada así como la ciudadanía debemos presionar e incidir para que la Agenda Post-2015 no termine nuevamente en “promesas incumplidas” para África.



Grupo Pro África

Afrikaren alde

Listado de las organizaciones que conforman el Grupo Pro África:

  • Alboan

  • Asamblea de Cooperación por la Paz en Euskadi

  • Asociación Africanista Manuel Iradier

  • Cáritas Diocesana de Bilbao

  • Comité de Solidaridad con África Negra de Bizkaia

  • Derandein Fundazioa

  • FISC-Fundación Internacional de Solidaridad de Compañía de María

  • FISC-Cooperación y Desarrollo

  • Fundación Africana para la Medicina y la Investigación (AMREF)

  • Foro Rural Mundial-Munduko Landagunea

  • Fundeso Euskadi

  • Haurralde Fundazioa

  • Jóvenes y Desarrollo

  • Medicus Mundi Araba

  • Misiones Diocesanas Vascas

  • Mundukide Fundazioa

  • Nazioarteko Elkartasuna-Solidaridad Internacional

  • Proclade Yanapay

  • Serso San Viator

  • TAU Fundazioa

Por Saregune el 25-05-2015