Acceder a semillas variadas y adaptadas al territorio es básico para que las y los baserritarras puedan producir alimentos sanos y sostenibles en un contexto climático cada vez más difícil. Sin embargo, unas pocas multinacionales se han hecho con el control de las semillas, y han convertido una necesidad básica como la alimentación en un lucrativo mercado. En este encuentro entenderemos por qué algo tan pequeño es, en realidad, tan importante, y en qué consiste el trabajo de las redes y proyectos que recuperan la diversidad, tanto natural como cultural, vinculada a los cultivos. Lo haremos, además, buscando puntos en común entre las realidades vasca y salvadoreña.

Participan:

Silvia Miranda desarrolla proyectos de economía social y solidaria y género en la Fundación Salvadoreña para la Reconstrucción y el Desarrollo – REDES. Durante más de tres décadas esta fundación se ha enfocado en el trabajo con las poblaciones campesinas más desfavorecidas en ámbitos diversos: capacidades agroecológicas para la soberanía alimentaria familiar y comunitaria, fortalecimiento de espacios de formación, participación y acción efectiva de las mujeres, niñez y juventud, desarrollo de iniciativas de economía social y solidaria, acceso a viviendas y espacios comunitarios dignos, entre otros.

Joseba Ibargurengoitia Gascó, dinamizador de la Red de Semillas de Euskadi, asociación sin ánimo de lucro que lleva más de 26 años investigando, conservando, divulgando y poniendo en valor las variedades locales vascas. Trabaja a favor de la biodiversidad cultivada, sobre todo con hortalizas, frutales, cereales y leguminosas forrajeras. Es miembro de la Red Estatal  de Semillas “Resembrando e Intercambiando” y de la Red Europea de Semillas “Let´s Liberate Diversity”. Tiene su sede social principal en Vitoria-Gasteiz, con un almacén de semillas en el Jardín Botánico de Olárizu y un vivero frutal en Basaldea (Abetxuko). Entre sus muchos proyectos destaca el Centro de la Biodiversidad Cultivada Vasca, explicado en un microdocumental.