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La trágica historia de la efímera República de Biafra.

A Nigeria le fue concedida la independencia total respecto al Reino Unido en 1.960, como una federación de tres regiones, cada una reteniendo un importante grado de autonomía. Había tres etnias en el país distribuidas por las regiones. Los igbos eran el 65% de la población del sudeste, los fulani, el 65% de los del norte y los yoruba, el 75% de los del suroeste.

Las sospechas de fraude en las elecciones anteriores, la crisis económica, las acusaciones de corrupción a importantes funcionarios y la creciente polarización política llevaron el 15 de enero de 1.966 a un golpe militar por parte de los oficiales más jóvenes del Ejército, en su mayoría igbos de mandos medios o bajos de tendencia izquierdista y dirigidos por el mayor Chukwuma Nzeogwu. Sin embargo, la mayoría del Ejército permaneció fiel al Gobierno y a su comandante en jefe, el General Johnson Aguiyi-Ironsi, (un ibo de religión católica) quién rápidamente encarceló a los golpistas, restableció el orden e instauró un régimen militar, convirtiéndose en Jefe de Estado en reemplazo del Presidente  Namdi Azikiwe, que se encontraba en Londres recibiendo tratamiento médico. Mientras tanto, creció el resentimiento en las regiones norte y oeste, donde el golpe militar fue interpretado como una maniobra de los ibos para hacerse con el poder a costa de los oficiales yrubas o hausas.

El 29 de julio, los norteños realizaron un contragolpe, dirigido por el alférez coronel Murtala Mohammed. Esto situó en el poder al también alférez coronel Yakubu Gowon. Las tensiones étnicas, consecuencia de los sucesivos golpes aumentaron y condujeron, en septiembre, a las masacres a gran escala de igbos cristianos residentes en el norte de mayoría musulmana. El descubrimiento de grandes cantidades de petróleo en el delta del Río Níger, con su enorme red de ríos y ciénagas en la punta más al sur del país, entre las regiones del este y sudoeste, llevó a las provincias del sudeste a anexionarse esta región para ser autosuficientes y cada vez más prósperos. Sin embargo, la exclusión del poder de las regiones orientales, hizo que muchos temieran que los beneficios obtenidos del petróleo fueran empleados en beneficio de las áreas del norte y suroeste, y no en el sudeste.  Todos estos factores llevaron a los igbos a reclamar la secesión. El Gobernador militar del Sudeste, el coronel Odeumegwu Ojukwu, aludiendo a las masacres norteñas y al fraude electoral, anunció en el Parlamento sureño, la secesión de la región del sudeste de Nigeria y proclamó el 30 de mayo de 1.967, laRepública de Biafra como nación independiente. Aunque gozaban de la simpatía europea y de otras partes del mundo, sólo cuatro países reconocieron la recién fundada República.

Entre los distintos Estados que combatieron se destacan tres países:

  • Nigeria: 60 millones de habitantes (incluyendo los territorios independizados), gobernada por militares con recursos petolíferos y mayoría musulmana en el centro  y norte. Su ejército era uno de los mejores de África junto con los de Egipto y Sudáfrica. Nigeria contaba con el apoyo militar de Egipto, Reino Unido, la URSS, Sudán, Níger, Siria y Arabia Saudí.
  • Biafra: 14 millones de habitantes, rico en petróleo, con una mayoría igbo de cristianos y animistas. Biafra contaba con el apoyo militar de Sudáfrica, Rhodesia, Israel, Portugal y Francia.
  • República de Benín: Estado proclamado por tropas biafreñas que llegó a tener 3 millones de habitantes.

Desde 1.968 en adelante, la guerra entre nigerianos y biafreños cayó en unas largas tablas, con las fuerzas nigerianas incapaces de realizar avances significativos en las zonas todavía bajo control biafreño. No obstante, una ofensiva nigeriana, realizada de abril a junio de 1.968, empezó a estrechar el círculo sobre Biafra. Este asedio tuvo como consecuencia el desastre humanitario de hambruna e inanición en las áreas igbos, ya que una de las tàcticas más utilizadas por las fuerzas nigerianas fue el sabotaje de las tierras de cultivo. Las imágenes de niños biafreños afectados por la hambruna dieron la vuelta al mundo, mientras que el Gobierno de Biafra acusó al de Nigeria de utilizar el genocidio por hambruna como medio para ganar la guerra. Nigeria, por su parte, acusó Biafra de reclutar mercenarios para prolongar la guerra. Durante todo 1.968 y parte de 1.969, las dificultades logísticas hicieron que las fuerzas federales nigerianas no dieran  el golpe de gracia a una guerra que se decantaba a su favor.

A pesar de la ayuda exterior y la mala imagen internacional de Nigeria, el área controlada por el Gobierno biafreño era cada vez más pequeña. Los ataques aéreos biafreños desbarataron las operaciones de combate de las fuerzas nigerianas, pero sólo durante unos meses. Las fuerzas federales nigerianas lanzaron su ofensiva final con 120.000 hombres contra Biafra el 23 de diciembre de 1.969. La guerra acabó el 15 de enero de 1.970 con la rendición final de las fuerzas de Biafra en Umuhaia, última ciudad controlada por su ejército. En ese momento, la República de Biafra dejó de existir para siempre. El 8 del mismo mes, Ojukwu huyó al exilio en Costa de Marfil.

La principal consecuencia del cerco nigeriano a Biafra fue la muerte por inanición de 1.300.000 personas, la mayoría niños y ancianos. Sin duda, la Guerra Nigeria-Biafra trajo uno de los mayores baños de sangre de la historia de África, sólo comparable a las atrocidades de la Historia del Congo, pasadas y presentes.

Para una información más detallada, recomiendo el libro-reportaje de Frederick Forsyth, Génesis de una leyenda africana.  La Historia de Biafra. Plaza & Janés, S.A. Editores. En esta obra, Frederick Forsyth, también autor de famosas novelas de espionaje como ChacalOdessa o El cuarto protocolo,  se muestra abiertamente partidario de la causa biafreña y detalla la política genocida del General Gowon, al tiempo que acusa a su propio Gobierno (el británico) de ser cómplice del genocidio, por mezquinos intereses comerciales.

Por Asociacion indígenas de Biafra el 07-11-2015