La Agencia de Revitalización de la Ciudad Histórica defiende la existencia de ayudas para todos los locales.

Una cifra que reconoce el valor del proyecto impulsado por la Agencia de Revitalización Integral de la Ciudad Histórica (Arich): a la vez que mejora la calidad de vida del barrio, compra locales vacíos y los pone a disposición de los emprendedores en régimen de alquiler -y con derecho a compra- a precios muy atractivos. Sin embargo, el esfuerzo municipal no ha impedido que 2009 acabara con un regusto amargo. Según un informe de Promoción Económica, la colina finalizó el ejercicio con siete pequeños comercios menos que en 2008, una situación que quienes llevan trabajando allí toda la vida atribuyen a la falta de apoyo a los negocios de siempre.

El presidente de la Federación de Comercios y Servicios del Casco Viejo, Javier Mendoza, lleva ya un largo tiempo transmitiendo esa sensación de abandono a Arich y al departamento municipal de Promoción Económica. Pese a que se han implantado o tramitado la apertura de más de cien nuevos negocios, el número de comercios minoristas bajó de 193 en el año 2008 a 186 en 2009; o sea, que "son más las lonjas que cierran que las que abren". Una situación que, a juicio de Mendoza, sólo puede revertirse concediendo más atención a los establecimientos veteranos, ésos que saben a Casco más que ningún otro.

Para empezar, Mendoza insta a la Agencia a realizar una investigación con la colaboración de los propios comerciantes para estudiar a fondo las causas que explican el progresivo cierre de locales. Y, una vez que se obtenga el diagnóstico, apuesta por implantar un programa específico de ayudas para los establecimientos veteranos. "No estamos hablando sólo de dinero. O tal vez ni siquiera sería una cuestión de dinero. Podría tratarse de apoyo técnico", matiza el portavoz de los comerciantes del Casco, quien insiste en que los negocios de toda la vida necesitan algo más que las actuaciones de apoyo que Arich dispone para todos los establecimientos de la colina independiente de su trayectoria temporal.

La sociedad municipal conoce bien el lamento liderado por Mendoza. Y está dispuesta a ponerse manos a la obra, pese a que ahora le falten brazos, para que los locales veteranos se sientan más atendidos. No obstante, según defiende el director económico de Arich, Carlos Rodríguez de Diego, no existen favoritismos. A la par que se desarrolla una intensísima labor para dar vida a las lonjas vacías, "ofrecemos ayudas a todos los comercios para que acondicionen sus locales, con una subvención del 50% hasta 50.000 euros". Un respaldo económico importante -el año pasado se presupuestó en 350.985 euros- al que se suman actuaciones para que las tiendas de toda la vida aprendan a salvar los obstáculos y se adapten a los nuevos tiempos y para que las nuevas empiecen con buen pie. Hace poco tiempo, por ejemplo, finalizó con éxito un curso de formación en escaparatismo, visual merchandising y empaquetado. De hecho, la Agencia tiene previsto celebrar nuevas sesiones de este taller en los meses de septiembre y octubre.

Esa es la línea que continuará trabajando Arich, cuyo trabajo ha permitido que sólo el año pasado se abrieran o iniciaran los expedientes para la puesta en marcha de 73 locales en distintas calles del Casco Viejo. "De ésos, algunos son comercios minoristas y otros ofrecen otro tipo de servicios", detalla Rodríguez de Diego. El director económico de la Agencia es consciente de que la crisis está haciendo daño, pero aun así tiene claro que la actitud de los comerciantes de toda la vida no puede ser exclusivamente la de la queja y la exigencia. "Ellos también tienen que poner de su parte en este proceso de modernización", aconseja.