Víctor Saura
 20/04/2022 

Basado en los datos de un estudio realizado por un equipo de psiquiatras y psicólogos de los Hospitales Vall d’Hebron y Sant Joan de Déu.

Un estudio realizado por investigadores catalanes y publicado en la revista científica ‘Psychological Medicine’ constata la distancia estadística entre los alumnos con trastornos del neurodesarrollo detectados por el sistema y los que realmente existen. La infradetección afecta especialmente a las mujeres y los que vienen de familias con pocos recursos o poca formación.

En una muestra de 7.180 alumnos de 5 a 17 años de 28 centros educativos catalanes, repartidos por siete comarcas, un total de 1.249 alumnos (18,3%) fueron identificados como casos en los que se daban los criterios de al menos uno trastorno del neurodesarrollo, subdivididos en discapacidad intelectual, déficit de atención e hiperactividad, autismo o desórdenes específicos de aprendizaje. En cambio, sólo 423 de estos alumnos (6,19% ) tenían un diagnóstico claro antes de la prueba, lo que demostraría que el sistema educativo todavía tiene mucho trabajo por hacer en materia de detección, ya que, de acuerdo con la muestra, el 66% de los alumnos con trastornos no habían sido diagnosticados.

Estos datos salen de un estudio realizado por un equipo de psiquiatras y psicólogos de los Hospitales Vall d’Hebron y Sant Joan de Déu, liderados por los doctores Miquel Casas y Rosa Bosch, cuyo extracto se acaba de publicar en la revista científica Psychological Medicine con el título Neurodevelopmental disorders among Spanish school-age children. En el estudio se explica todos los pasos que dio el equipo para cribar la muestra, a partir de información proporcionada por familias y profesores, así como de test realizados por los propios alumnos, y finalmente de entrevistas a los más de dos mil alumnos que potencialmente se consideró que podían presentar algún trastorno.

El estudio identifica la prevalencia de cada uno de estos trastornos entre el alumnado, que a grandes rasgos coincide con las prevalencias de cada una de estas categorías que se han encontrado en otros estudios internacionales. Y también describe el sesgo de género y social que existe en la detección. De acuerdo con los investigadores, las mujeres están infradetectadas, y lo están también los alumnos en general que viven en el medio rural, quienes pertenecen a una etnia no blanca, quienes provienen de familias con pocos recursos y quienes provienen de familias con un bajo nivel educativo. Por su parte, la detección se acerca más a la prevalencia real en los centros privados que en los públicos.

Con todo, cabe recordar que el estudio (que forma parte de un estudio mayor, todavía en marcha, sobre salud mental y escuela) trabaja con datos que comprenden el período 2011-2018, y que en el último año el Departamento de Educació ha anunciado diversas medidas para mejorar la detección  de problemas de aprendizaje de los niños antes de su entrada en el sistema educativo. En el último informe del Síndic de Greuges sobre la evolución del Pacto contra la Segregación Escolar también se ponía el énfasis en la necesidad de mejorar estos métodos de detección.