Una de cada tres personas en el mundo sigue una dieta insana que afecta a su salud a corto y/o largo plazo. Además cada vez vivimos más inmersos en un modelo social que promueve dichas dietas. Sin ir más lejos, en el Estado español se calcula que los alimentos procesados suponen el 70% de la cesta de la compra de las familias.

Las consecuencias son evidentes en todo el planeta; el incremento de las enfermedades vinculadas a este modelo de alimentación es un fenómeno global. Al sobrepeso y la obesidad hay que añadir la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, consecuencia de una alimentación cargada de productos procesados ricos en azúcares, grasas insalubres y sales.

 Y se trata de un fenómeno internacional. En los países pertenecientes al Norte Global, la prevalencia de estas enfermedades es muy elevada. En el Sur Global, países donde el capitalismo (también el alimentario) está creciendo a un ritmo acelerado, la epidemia de la alimentación excesivamente alta en azúcares, grasas y sal, a través de la ingestión de los alimentos procesados, está experimentando un crecimiento exponencial.

 La industrialización de nuestros alimentos es un factor que influye negativamente en nuestra alimentación, pero también la progresiva desconexión de la población con los alimentos que consume, con su origen, variedad, temporalidad, cocina y cultura.  Hemos abandonado una agricultura sostenible, de base campesina y familiar, centrada en una producción cercana, diversa y de temporada. Hemos abandonado los circuitos cortos de producción, comercialización y consumo alimentario.

 La campaña Dame Veneno de VSF tiene como objetivo alertar a la ciudadanía sobre los riesgos de esta alimentación y demandar acciones a las administraciones públicas.