CUERPOS VULNERABLES HABITADOS DE INFINITO
Nuestro cuerpo, concebido y crecido en el cuerpo de Madre-Tierra; engarzado en la familia biótica de todos los seres vivos; cuidado y cultivado con amor (aunque no siempre); alimentado y medicado abusivamente por gigantescos negociantes; dependiente de una organización social desgraciadamente desequilibrada, que divide a los cuerpos en mimados y atontados por el lujo o torturados y degradados por hambre y otras violencias; lugar de la exclusión y del dolor, pero también de la acogida y la alegría; malinterpretado y negado, pero también afirmado e incluso glorificado.
Lugar en que la materia, tras largo y complejo camino, florece como consciencia de unidad con todo.
Recuperar el cuerpo es volver a nuestra casa-base y desde ahí ecocentrarnos en la amorosa urgencia de la sobrevivencia planetaria.
El cuerpo, hecho de todos los materiales de la Tierra y de la Vida, y también del deseo esencial de profundidad ilimitada.