La Asociación Catalana de Dislexia (ACD) pide una metodología de detección temprana de los trastornos de aprendizaje.

Asociación Catalana de Dislexia
Al respecto, la Asociación Catalana de Dislexia (ACD) pide una metodología de detección temprana de los trastornos de aprendizaje. Según explica su directora, Neus Buisán, en este estudio queda claro que la prevalencia de los desórdenes específicos del aprendizaje (categoría que incluye la dislexia) es del 10%, “pero la información que hemos recibido del Consejo superior de Evaluación del Sistema Educativo referente al alumnado con dificultades de aprendizaje en las pruebas de competencias básicas del curso 2020-21 es de un 3,4% en 6º de primaria y un 2,9% en 4º de ESO, y por tanto es evidente que la detección y cribado de los alumnos con dificultades en las escuelas de Cataluña está lejos de ser eficaz”.

La ACD celebra este viernes 22 de abril su 30 aniversario, si bien la celebración tendrá lugar el 7 de mayo, en una nueva jornada sobre dislexia en Cataluña (¡la 13ª!) en la que participarán, entre otros, los doctores Bosch y Casas. Esta jornada, comenta Buisan, “debe servir para seguir reflexionando sobre la situación actual, ya que la dislexia y los demás trastornos específicos de aprendizaje son la causa de que muchos niños y niñas no logren, al igual que sus compañeros, las competencias escolares que se les pide y a las que tienen derecho, lo que puede tener importantes consecuencias en su desarrollo emocional y social”.

En la jornada también participarán otros especialistas como Anna Gatell, presidenta de la Sociedad Catalana de Pediatría; Anna Sans, neuropediatra especialista en dislexia; y Sergi Grau, confundador de NeurekaLAB, un sistema digital para la detección e intervención de la discalculia. Todos ellos, explica Buisán, hace años colaboran con la ACD en sistemas de detección de la dislexia y la discalculia, así como en la lucha contra los tratamientos sin base científica.

Para la directora de la ACD, «es necesario que las administraciones educativas creen el entorno favorable para que en todas las escuelas, maestros y profesores tengan la formación y las condiciones necesarias para poder acompañar de manera adecuada a todo el alumnado», siguiendo los criterios establecidos en el decreto 150/2017, de escuela inclusiva, y en el caso de los alumnos disléxicos también la resolución ENS/1544/2013, de 10 de julio, de la atención educativa al alumnado con trastornos del aprendizaje . “Para los alumnos disléxicos, el rendimiento depende de la calidad del soporte, y la calidad del apoyo depende de que los educadores estén preparados para hacer frente a la dislexia. El desarrollo de la experiencia de los maestros es esencial para ofrecer planes de educación individuales para cada alumno disléxico”, añade.

Buisán también recuerda que el Síndic de Greuges (Defensor del pueblo) resolvió en noviembre de 2018 que “la diagnosis y el tratamiento de la dislexia se hace muchas veces desde el ámbito privado en el caso de las familias que disponen de medios económicos suficientes y que tienen la capacidad de poder acceder a este soporte de profesionales especialistas”. Esta realidad, afirma, “vulnera los principios de equidad e igualdad de oportunidades, más aún si tenemos en cuenta que los alumnos afectados por trastornos específicos de aprendizaje no pueden acceder a las becas MEC, de las que, de forma incomprensible, están excluidos. Esta situación deja sin la menor protección a los niños y niñas de familias que no disponen de los recursos económicos necesarios para acceder a diagnósticos y tratamientos privados, la consecuencia es hacer más vulnerables a los niños vulnerables”.