Vivimos en una sociedad que promueve envejecer de forma plena, pero que rehúye la realidad del final de la vida. Planificar situaciones, gestiones, dejar plasmados deseos de atención médica o abordar el duelo son temas que a menudo se evitan.
Necesitamos urgentemente naturalizar este proceso. Compartir conversaciones sobre la muerte nos ayuda a dar más valor a la vida, adquirir herramientas y conocimientos para entender y vivir la experiencia de una manera más satisfactoria y menos traumática tanto nosotros, como nuestros seres queridos o quienes nos acompañan.
Imparte Carmen Koetsenruitjer, madre, abuela, doula de maternidad y de fin de vida.