El Gobierno Vasco dio vía libre ayer a la siembra de especies modificadas genéticamente en la CAV. Ekologistakmartxan denuncia que el decreto se ha aprobado sin consultar a los agentes implicados: "la comunidad científica estudia aún los efectos que esos genes añadidos pueden generar en los suelos y los ecosistemas, así como en la salud de las personas consumidoras".

La noticia llega apenas unos días después de que 7.000 personas se manifestaran en Zaragoza contra este tipo de cultivos, entre los que destacan por su presencia en el Estado el maíz y la soja modificados genéticamente. "La coexistencia es imposible. No sé qué distancia mínima establece el decreto entre cultivos convencionales y transgénicos, pero si aquí llegan restos de arena de las tormentas del desierto, está claro que el polen puede llegar muy lejos. En cuanto hay insectos, sobre todo abejas, la polinización cruzada no entiende de distancias, puede viajar kilómetros", señaló Jose Bustillo responsable de agricultura de Ekologistak Martxan.

En Navarra ya se han dado casos de contaminación en explotaciones agrícolas y ganaderas por el maíz transgénico, de ahí que no se pueda garantizar que un producto alimenticio está libre al 100% de transgénicos. "En ese 0,9% está la trampa, ellos mismos se dan cuenta de que la coexistencia no es posible, ahora mismo está permitido ese porcentaje incluso en los alimentos ecológicos, eso es porque está claro que va a haber contaminación", explica el portavoz ecologista.

Las semillas modificadas genéticamente persiguen (y consiguen) proteger a las especies cultivables de las plagas, pero la comunidad científica estudia aún los efectos que esos genes añadidos pueden generar en los suelos y los ecosistemas, así como en la salud de las personas consumidoras.

Desde hace mucho tiempo Ekologistak Martxan, junto con sindicatos Agrarios y grupos de consumo, venimos denunciando que la coexistencia entre los cultivos de OGMs y el resto es imposible, ya que la contaminación transgénica elimina toda posibilidad real de elección, tanto por parte de l@s agricultor@s, como de l@s consumidor@s. Además el mismo Decreto reconoce que puede haber perjuicios económicos para l@s agricultor@s por contaminación transgénica. ¿Cómo podemos fiarnos de un Decreto de coexistencia que ya prevé que la contaminación es posible?

Tampoco debemos olvidarnos de los problemas que los OGMs están ocasionando en el mundo ya que todos las semillas transgénicas están patentadas por grandes transnacionales como Monsanto y están diseñadas para ser cultivadas de forma intensiva, en grandes monocultivos, con muy poca mano de obra y mucha maquinaria agrícola. Todo esto se traduce en pérdida de biodiversidad, empobrecimiento del campesinado, control de las semillas, y por lo tanto de nuestra alimentación, por parte de las empresas que las patentan, perdida de la soberanía alimentaria, etc.

Con todos estos argumentos, Ekologistak Martxan exige al Gobierno Vasco que dé marcha atrás en la aprobación de este Decreto de coexistencia y que respete la declaración de zona libre de transgénicos declarada en Febrero de 2007.