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ENTREVISTA A JACINTA CANIS, DE LA ASOCIACIÓN ASSUMPTA DE LA INDIA

“El trabajo en las cooperativas hace que las mujeres se vean reconocidas y se valoren”

Jacinta Canis es una monja india, perteneciente a la Congregación de las Misioneras de Cristo Jesús, muy implicada en los movimientos de liberación de la mujer desde hace ya 24 años. Jacinta conocida por su lucha contra la discriminación de género y su defensa de los derechos de las mujeres. Este trabajo lo lleva a cabo desde la  Asociación ASSUMPTA que trabaja para la formación y empoderamiento de las mujeres cooperativistas en Gujerat. En la actualidad cuentan con 32 cooperativas repartidas en zonas rurales en Gujerat en las que están organizadas cerca de 65000 mujeres, la mayoría de las cuales no cuentan con estudios.

 

¿En qué consiste el trabajo que lleváis a cabo con estas mujeres?

A través de 2 proyectos acompañados por ALBOAN trabajamos cuestiones relacionadas con la organización de la cooperativa y con su financiación. La trayectoria de las cooperativas es diversa, algunas  llevan funcionando sólo 2 años y otras llevan más de 20.

 

¿Es difícil coordinar este trabajo?

Algunas cooperativas funcionan muy bien, mientras que otras sin embargo atraviesan por dificultades. Por esa razón vimos que era necesario realizar una investigación para poder identificar las causas del éxito y del fracaso en cada uno de los casos. Posteriormente  preparamos formaciones sobre cómo organizar el día a día de una cooperativa, y sobre cómo

Aunque muchas de estas mujeres carecen de estudios, tienen una gran capacidad para manejar el dinero, para organizar la economía de la cooperativa. De esta manera es fácil enseñarlas a conducir una cooperativa de manera efectiva.

Hay un segundo momento en la formación en el que se trabaja con todas las mujeres que forman parte de la cooperativa, tanto con las que se ocupan de cuestiones productivas, como las que toman parte temas administrativos.

El objetivo que perseguimos desde la Asociación ASSUMPTA  es que a final del itinerario formativo sean capaces de organizarse con otras cooperativas y de trabajar en red. En cada cooperativa toman parte entre 20 y 70 pueblos, y en cada pueblo participan entre 30 y 100 mujeres, entre las que se elegirán a una o varias representantes para que lidere y represente a sus compañeras. Desde ASSUMPTA proporcionamos formación a todas las mujeres que van a asumir tareas de representación para que luego ellas se responsabilicen y se ocupen de formar a su vez al resto de las compañeras. En la actualidad estamos trabajando con 45 mujeres representantes de las 32 cooperativas que acuden a nuestros centros cada tres meses. Participan en un programa de formación de formadoras y cuando concluyan su formación se encargarán de formar a sus compañeras.

En India ser mujer significa vivir en una situación de discriminación, ya se trata de una sociedad patriarcal en la que la discriminación de la mujer está tan enraizada que incluso las mujeres la replican sin darse cuenta.

 

¿Puedes señalar alguna dificultad que os estéis encontrando en vuestro trabajo?

Existen muchas dificultades, pero la más importante es que la mayoría de estas mujeres no han ido a la escuela. Como comentaba antes alrededor del 80% de las mujeres con las que trabajamos no han tenido acceso a educación y viven además en una sociedad dominada por los hombres. Cuando planteamos una actividad, reunión, formación…,  no pueden acudir libremente, sino que tienen que pedir permiso a sus maridos. Por otra parte están las dobles y triples jornadas, ya que además del trabajo en la cooperativa sobre sus hombros recae todo el peso de las tareas domésticas y cuidado de los hijos e hijas.

El Gobierno de la India ha promulgado normativas para asegurar la igualdad y para preservar los derechos de las mujeres, pero se olvida de su implementación.

Además en nuestro caso concreto en las cooperativas trabajamos con mujeres que viven situaciones de exclusión: alrededor del 30% son dalit, cerca del 60% pertenecen a las castas más bajas y un 10% son musulmanas. Pero al mismo tiempo son mujeres muy tolerantes y abiertas. Conviven mujeres hindúes, cristianas, musulmanas y a pesar de sus diferencias, son capaces de trabajar unidas de forma organizada. En mi opinión el mayor éxito de este proyecto reside en que la lógica de las cooperativas hace que todas estas mujeres tengan que trabajar unidas.

Existen sin embargo algunas otras dificultades. Las personas y organismos que promueven las cooperativas en ocasiones quieren controlar que todo se haga correctamente para asegurar el éxito de la iniciativa y eso desanima a las mujeres e impide que surjan liderazgos dentro del grupo. La filosofía y modelo de trabajo de las cooperativas en teoría es un modelo muy democrático, pero en realidad estamos reproduciendo un modelo piramidal ya que los modelos de liderazgo que conocemos son muy jerárquicos y poco participativos. En mi opinión y -así es como queremos hacerlo desde ASSUPMTA- estas cooperativas pertenecen a las mujeres y son ellas quiénes deben tomar las riendas, son ellas quienes deben liderar sus proyectos y apuestas de futuro y tomar las decisiones.

 

¿Qué significa para las mujeres formar parte de las cooperativas?

La mayoría de las mujeres que participan en las cooperativas dicen que ahora son conscientes de su identidad, de quienes son en realidad, se reconocen a sí mismas. Antes su identidad estaba ligada al papel que ocupaban en sus familias, como hijas, como madres, como esposas. Ahora sin embargo se reconocen como mujeres y se valoran, y esto hace que, por extensión, valoren más a sus hijas, las vean capaces de estudiar, de trabajar, de seguir sus propios objetivos. Cada vez contamos con más chicas que realizan algún tipo de formación profesional (estudiando enfermería o  secretariado, cosas con las que antes ni soñaban).

Otra de las cosas que ha cambiado es que ahora están más organizadas, así que si una de ellas es maltratada en su hogar, puede confiar en el resto, que la brindarán su apoyo.

Hay mujeres de las cooperativas que se están incorporando a la vida política de sus comunidades y poco a poco esto se va viviendo con normalidad y se acepta.

Soy una gran soñadora y poco a poco mi sueño se va haciendo realidad. Las cooperativas pertenecen a estas mujeres y ellas poco a poco se van haciendo conscientes de sus posibilidades, de sus capacidades. Ese es el objetivo, ese es mi sueño, que sean mujeres independientes y fuertes.

Por ALBOAN el 18-03-2016